“Que la juventud esté en las primeras filas porque ya sabemos que allí han estado y allí estarán. Que sean audaces y atrevidos, que desafíen todo lo caduco y putrefacto de este sistema. Que enarbolen la bandera y que los viejos no se encuentren muy atrás, que corran a alcanzar a la juventud”
Bob Avakian
Nuevamente las clases dominantes de este país muestran la falsedad de lo que con descaro llaman “democracia”, para ocultar que en realidad esta es la forma mas abierta de dictadura. La gran burguesía y los terratenientes, han agudizado sus ataques hacia todos los sectores populares, en vista del peligro potencial que representan a corto y largo plazo para la estabilidad del régimen y del Estado.
Creando la opinión publica con sus medios de desinformación, han venido preparando el terreno para justificar todos sus crímenes, desplegando campañas de señalamientos a los indígenas del Cauca que luchan contra el poder terrateniente, a los corteros que luchan contra la impresionante explotación a la que son sometidos, o a los estudiantes, profesores y trabajadores que en algunas etapas de la historia se han caracterizado por su oposición y crítica a las ordenes del dictadorzuelo de turno. Ante la posibilidad de perder su poder, solo atinan a decir que los campesinos, corteros y estudiantes son “terroristas” que están en todo lado, y que van a eliminarlos a como dé lugar. Ante las condiciones del pueblo que tienden a ser cada vez más insoportables, más miseria y más represión son los planes de los de arriba para “solucionar” los problemas de los de abajo; el mundo es un hervidero de contradicciones, los conatos de levantamiento popular son permanentes y las universidades no están lejos de eso; una parte importante de la crítica y la oposición al régimen se origina en ellas: intelectuales, académicos y estudiantes que no están dispuestos a ser cómplices de un sistema y un Estado criminal, que señalan sus fisuras y llaman a no hincarse y levantar la cabeza
Las clases dominantes de países oprimidos como el nuestro, siempre amparadas bajo el ala criminal de los imperialistas, han implementado las formas más asquerosas de represión contra el pueblo, formando, entrenando, armando y financiando ejércitos ilegales que funcionan a su servicio y que cumplen las tareas que los militares no pueden hacer tan abiertamente. El mismo Uribe, que desató las masacres en las comunas de Medellín, para establecer el poder paramilitar mientras era gobernador, es quien hoy cierne sus amenazas en barriadas, campos y universidades. Jose Obdulio Gaviria, como los asesinos en serie que niegan sus crímenes, también rechaza constantemente la existencia de paramilitares organizados, que según él son sólo “bandas de delincuencia organizada al servicio del narcotráfico”.
El fascismo que caracteriza al régimen de Uribe, ha pasado ahora de forma más abierta a las universidades, en una cacería de brujas que busca eliminar cualquier pensamiento disidente, obligando a seguir viviendo en este asqueroso sistema. Para esto han utilizado todas las herramientas que tienen las clases dominantes para ejercer su poder y aplastar al pueblo. Hace unos meses, Gina Parody señaló a los estudiantes como terroristas, y llamaba a exterminar estas formas de pensar que atentaban contra el Estado. Los agentes de inteligencia que se arrastran persiguiendo dentro de las universidades; los grupos de choque organizados por profesores y estudiantes, para golpear a los estudiantes que protestan y para destruir los paros y demás; los procesos disciplinarios en la UTP y los estudiantes expulsados en la UIS, además de las cámaras y la aplicación de las modificaciones represivas en los estatutos estudiantiles, son parte de su estrategia sostenida con las directivas universitarias.
Desbordando los limites, el régimen fascista de Uribe ha desplegado toda la represión de lo que la maquinaria estatal puede hacer. El encarcelamiento de Andrés Palomino, estudiante de la Universidad del Valle que investigaba el asesinato del estudiante Jhony Silva a cargo de la policía, es el método que aplicarán encarcelando a cerca de 70 estudiantes de las universidades publicas de Bogotá, según la orden dada por la Fiscalía, la misma institución que causó polémica por la relación de los fiscales con Don Mario y los asquerosos asesinos de los ejércitos ilegales del Estado. La Fiscalia dejó entrever sus intenciones de acusar a cualquier estudiante como “terrorista”, exigiendo a las administrativas de las universidades la entrega de la base de datos de todos los estudiantes y profesores que se encuentran en las universidades publicas desde hace 16 años, es decir, tener en sus manos la vida de más de 2 millones de personas, que pueden investigar a su antojo, partiendo de que son criminales. Es la guerra preventiva desatada en las universidades.
Pero este plan sistemático, desplegado con la creación de opinión publica a favor de los asesinos y en contra de lo que ellos llaman “terroristas”, es decir contra los jóvenes luchadores, inconformes y que no hacen parte de la cuadricula del sistema, se complementa con los anuncios y amenazas por parte de los paramilitares a cerca de 32 estudiantes de la Universidad Nacional y la declaración de toque de queda en la misma, para evitar cualquier tipo de expresión estudiantil y controlar la vida de los estudiantes. Son estos asesinos que han dejado millones de campesinos en fosas comunes, los que reclutaron a los jóvenes de Soacha que luego fueron presentados como muertos en combate, los que violaron a miles de mujeres en los campos, quienes hoy cínicamente y con las manos ensangrentadas llaman a defender el orden y el bien. Además de esto, hoy llaman a colaborar con sus planes, queriendo convertir a los estudiantes en cómplices de sus crímenes. Los estudiantes debemos tomar una posición, despreciando los asesinos de nuestro pueblo, y respaldando a los jóvenes del pueblo que se atreven a luchar contra este sistema y contra la vida que este sistema de miseria nos ha impuesto.
Ante esta ofensiva desatada contra el pueblo, no es posible pensar que los planes de las fascistas de la clase dominante se cancelarán con cartas o peticiones a organismos de inteligencia como la personería o la defensoría del pueblo, que ya han demostrado que están con los asesinos. Ni serán los medios de comunicación, propiedad de los terratenientes urbanos de este país, los que denunciarán y se opondrán a la cacería de brujas. Ni tampoco serán las leyes, creadas para beneficiar los intereses de esa minoría parasita, las que defenderán a los jóvenes luchadores.
Sólo la organización de los estudiantes a nivel nacional, podrá enfrentar y aplastar los criminales planes de las clases dominantes en las universidades y en la sociedad. Hacemos un llamado a todos los jóvenes rebeldes, a quienes no soportan vivir en esta desigualdad, a ponerse de lado de los luchadores y no de los asesinos. Llamamos además a los profesores progresistas de las Universidades a pronunciarse a favor de los estudiantes ante esta grave amenaza, pues en momentos como éste el silencio puede parecer complicidad.
Hoy es más que justo, necesario y posible que todas las universidades del país, organicen un movimiento estudiantil bajo un programa que se oponga a los planes del imperialismo, al Estado como maquina de dictadura y que se ponga al servicio del pueblo para construir una nueva sociedad.
Es deber de nosotros luchar, para que esta generación no sea recordada como la que respaldó los planes fascistas de exterminio, sino como los que valerosamente lucharon por construir un orden nuevo. A pesar de que el Estado muestre sus feroces dientes, sus ejércitos legales e ilegales dispuestos a desaparecer cualquier disidencia, su poder no es eterno y aunque busquen aplastar la lucha de los pueblos, ineludiblemente continuarán renaciendo pues cada día nos da una excusa para luchar por un futuro radicalmente diferente, porque la opresión siempre genera resistencia.
ESTUDIANTES UNIVERSIDAD DISTRITAL
Noviembre de 2008
