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En Francia del año 1968, una serie de huelgas estudiantiles detonaron en una exportación de la materia prima con la que se tejen los sueños….el espíritu revolucionario.
En los años anteriores al Mayo de 1968 se habían producido en el mundo acontecimientos que fueron vistos por los universitarios franceses como iconos de admiración: la Revolución Cubana, la guerra por la independencia de Argelia, la resistencia de Ho Chi Mihn y su pueblo, la revolución cultural en China. Todo este contexto histórico, se le suma lo acontecido el 22 de marzo de 1968, donde ocho estudiantes de Nantarre protestaron por el arresto de seis miembros del Comité Nacional de Vietnam. Luego el 22 de abril, 1.500 estudiantes acudieron a una reunión en la Universidad de Nanterre, que provocó que los 8 implicados en la protesta fueran arrestados.
Esto gatilla una serie de protestas estudiantiles, en primera instancia contra la represión sufrida por parte de la policía francesa. Espontáneas marchas realizaron los estudiantes, además de batallas campales ocurridas en el barrio latino, contra la policía. Las barricadas pasaron a ser parte del paisaje de París y los graffitis adornaban murallas, alentando a la lucha contra el poder. Luego, se suman a las protestas de los estudiantes los trabajadores, organizando comités y asambleas entre ellos, ya dando un norte preciso sobre el porque de las protestas. La espontaneidad se transformaría en un proyecto revolucionario concreto.
Estudiantes y obreros, abrazados a corrientes comunistas y anarquistas, protestaba contra la guerra de Vietnam, contra la explotación laboral, la falta de oportunidades, los métodos educativos e incluso la liberación sexual. Todas aquellas cosas que ataban a una “vieja sociedad”, eran contrarias a la nueva sociedad que se quería forjar a manos de las capas más jóvenes y desfavorecidas. Los estudiantes secundarios se unieron también a las protestas, el ambiente se convulsionaba, llegando a unirse más de 10 millones de trabajadores (dos tercios de los trabajadores franceses) a las huelgas generales
Pero este ambiente se “exportó” a otros países, uniéndose varias naciones de Europa y América al espíritu de Francia, realizando protestas contra la guerra de Vietnam y el sistema imperante de esos (y estos) años. El presidente francés, Charles de Gaulle, trató por todos los medios de apaciguar los ánimos revolucionarios de los ciudadanos de su país. Cada día mas efectivos policiales se enfrentaban contra estudiantes y trabajadores, carros blindados despejaban las principales vías de las ciudades francesas, para que nuevamente fueran ocupadas por enardecidos individuos.
Una organización interna cohesionada en el gobierno, hizo que se derrumbaran poco a poco los pilares que sostenían la revolución francesa del 68. El gobierno al garantizar un incremento del 35% en el salario mínimo industrial y del 12% de media para todos los trabajadores, realiza el match point contra el movimiento de mayo, los trabajadores se retiran de éste, dejando a los estudiantes sólo de la mano de sus ideales. Éstos sin los trabajadores no tenían la fuerza y vigor del comienzo de las protestas y poco a poco el movimiento declinó en los ideales.
En mayo de 1968, los estudiantes y obreros no tuvieron conciencia de cuan gran poder tenían en sus manos. Fueron niños manejando uranio. Estuvieron a punto de hacer renunciar a De Gaulle, consiguieron algunas reformas universitarias y los obreros un aumento de salario. Pero hubiesen podido conseguir cambios de estructuras como soñaban, cambiar una sociedad entera, pero la misma espontaneidad con que se inicio el movimiento, pasó la cuenta a la hora de conseguir “lo imposible”. Falta de organización y de apoyo político, dejó al movimiento de mayo del 68 en la retórica más espectacular que se haya escuchado en los últimos años. Pero en la memoria colectiva de gran parte de la sociedad, quedó ese deseo ideológico de cambiar la estructura que domina un país, de cambiar todo, de ser crítico con todo, de poder lograr los sueños a través de la lucha popular, de la lucha unida entre trabajadores, obreros, y todas las minorías. A lo mejor no se logró lo “imposible”, pero si hubo una revolución cultural que se heredó, un cambio de lenguaje que nos muestra una esperanza diciéndonos; “no todo es imposible”.
“Nous ne voulons pas d'un monde où la certitude de ne pas mourir de faim s'échange contre le risque de mourir d'ennui.”
“No queremos un mundo donde la garantía de no morir de hambre supone el riesgo de morir de aburrimiento.”
mayo+francés1968revolución